miércoles, 25 de noviembre de 2009

Dramatica, mucho gusto

Masoquista. Así me etiquete. No solo parece (o eso me dicen) que me gusta el dolor, sino que lo vivo como si fuera a matarme. De hecho lo hace, de a poco, sacandome, quitandome sin permiso alguno.
Vivi siempre de esto, vivi del dolor, de la agonía de no ser lo que siempre esperé o esperaron de mi. Sobrevivo anhelando cosas imposibles y me quedo con las manos vacías. Esperando como una tonta ilúsa. Siempre me engañé, siempre me dije que la vida es más que dolor y ahora, lo único que encuentro es desconsuelo, esta falta de 'algo' que me haga feliz. Siempre me inventé la felicidad, la fingi para consolarme, para hacer como que el sol brilla cada día de mi vida cuando en realidad en mi mundo llueve a diario y las paredes de cada habitación se desmoronan sobre mí. Siempre creyendome poderosa y fuerte, para que me vean así. Para que digan "mirá que fuerte la nena, resiste cada dolor y sonríe hasta cuando todos lloran".
Y quizás me crean una estúpida, una mal agradecida porque no negaré que tengo lo que deseo (una casa, una familia, comida, un hermano, las mejores amigas y una vida) pero nada de todo eso te vale cuando sólo podes sentirte así, nula, un cero a la izquierda, una mierda. Quizás me autogenero el dolor, quizás realmente soy esta persona que no sabe vivir porque quiere. Aunque no lo veo así, me dicen que es así. La dramática, la que siempre llora, la que no concilia el sueño, la que se la pasa de malhumor, la que consideran la negrita "linda" de la familia. Siempre en el humbral.
Vivo el dolor porque me hace sentirme viva, me hace sentir que todavia no morí, que sigo acá, caminando a paso trotuga y tropezando, cayendo, arrastrandome. No me pidan que no sufra, que no me desviva, que no me aflija, que no me torture, que no me haga daño.
Dejenme engañarme que por lo menos así mantengo algo dentro mio, dejenme sentirme dolida. Nadie me quiere enmendar. Si no estás dispuesto a enmendarme, no me hables de dejar. No me hables de dolor. No me hables de lo que no conoces, de lo que no podes sentir con tu propio cuerpo.